Convocatoria Biopolimérica 2025 Colombia: Construyendo una cultura biomaterial latinoamericana

Repensar la forma en que nos vinculamos y desarrollamos los materiales es la base de la cultura biomaterial, un volver a la naturaleza y a pensar el ciclo de producción al que estamos acostumbrados. En Latinoamérica hay una fuerte movimiento de biodiseñadores e investigadores dedicados a cuestionar las materialidades convencionales volviendo a la naturaleza y al territorio, trabajando alternativas materiales biobasadas en torno a un manejo de los recursos naturales y servicios ecosistémicos de forma balanceada.

Biopolimérica es un encuentro de nuevas materialidades que nos invita a cuestionar cómo estamos construyendo nuestro entorno de cara a la crisis medioambiental que generan los actuales sistemas materiales. “Biopolimérica se centra en materialidades biológicas que surgen de un contexto específico, respondiendo preguntas específicas de un territorio. Nos alejamos de lo global y genérico en busca de nuevas experiencias biomateriales situadas”, dicen sus organizadores el Laboratorio de Biomateriales de Valdivia (LABVA — @somoslabva) y Manifiesto (@manifiestoclub @manifiestobioart), laboratorio y estudio experimental de biodiseño, arte y ciencia.

La tercera versión de Biopolimérica se celebrará en mayo de 2025 en Medellín, Colombia, con el objetivo de seguir expandiendo una comunidad de exploración e investigación material que crece y se enriquece de la biodiversidad latinoamericana. El objetivo es difundir la investigación, los procesos y materiales de Colombia, con casos de proyectos comunitarios y distintas metodologías que se están trabajando en este país, esto con la colaboración en la organización de la Facultad de Diseño de la Universidad de Medellín, y sus académicos Mauro Vásquez Rendón y Manuela Montoya, ambos exponentes del biodiseño, la  sostenibilidad y la bioeconomía. 

La premisa de este año es la Materia Biodiversa, enfocada en proyectos del país de sede que trabajen con la biodiversidad y la promuevan desde los materiales, las materias primas y las comunidades. La pregunta a abordar es ¿cuál es el rol de la biodiversidad en la cultura y los sistemas materiales?, la que puede ser explorada desde distintos enfoques como el arte, el oficio, el diseño y la biología. Los proyectos seleccionados serán parte de un evento de cuatro días en mayo de 2025 donde se exhibirán sus investigaciones y desarrollos a un público interesado en la ciencia, el diseño, la artesanía y la sostenibilidad. Junto con la exhibición, las jornadas estarán inmersas en un programa de charlas de investigadores especialistas en biomateriales de diferentes rincones de Latinoamérica, talleres prácticos y activaciones con biomateriales.

Las postulaciones están abiertas hasta el 11 de diciembre de este año, mediante un formulario de inscripción que se puede encontrar en las cuentas de Instagram de @biopolimerica @somoslabva y @manifiestobioart. La convocatoria está abierta para postular proyectos de investigación y/o aplicación de nuevas materialidades biobasadas o biomateriales provenientes de centros de investigación, universidades, centros de formación, empresas, startups, colectivos de creación artística y personas inmersas en el biodiseño.

Para María José Besoain, directora de Biopolimérica y cofundadora del Laboratorio de Biomateriales de Valdivia (LABVA) en Chile esta nueva locación se alinea con uno de los objetivo de Biopolimérica, que busca ir itinerando, «para recopilar información local, de países, regiones y biorregiones de Latinoamérica. Buscamos levantar un cuerpo de información y que esta sirva para conectar a personas e instituciones involucradas en este ecosistema de biodiseño». Cabe recordar que la edición Biopolimérica Valdivia 2023, finalizó con un catálogo digital de libre acceso que reúne a todos los proyectos que participaron y que esperan complementar con las próximas ediciones. 

Conversamos con María José Besoaín sobre Biopolimérica Colombia 2025 y su opinión del desarrollo de la cultura biomaterial en la región, sus potencialidades y desafíos.

RM: Biopolimérica toma el pulso de lo que está pasando en el desarrollo de la cultura biomaterial en América Latina, ¿cómo ves su evolución desde la última versión del encuentro en 2023 a 2025?

MJB: Ya en el 2024 estamos viviendo un crecimiento exponencial tanto del interés del público en general por estos temas como también el agenciamiento por parte de individuos o colectivos que comienzan a generar espacios de experimentación e investigación tanto en la academia. Por ejemplo, la consolidación de biolabs fuera de la biología, como una integración entre el diseño y la biología, y también espacios autogestionados dedicados a la experimentación material. Por otro lado, la aplicación de biomaterialidades emergentes comienza a ser sumamente relevante en los ámbitos artísticos, de oficio y diseño, considerando el rol de los diseñadores y artistas en el establecimiento de narrativas que promuevan alternativas nutritivas para la biósfera, y el establecimiento del biodiseño entendido no sólo como biología + diseño sino como «diseño centrado en la vida» (prefijo bio = vida).

RM: En esta nueva convocatoria el tema es Materia Biodiversa, según tu visión, ¿cómo puede un biomaterial incentivar la biodiversidad del territorio?

MJB: Desde el trabajo y visibilización de sistemas que promuevan la diversidad y las comunidades humanas, animales, vegetales, fúngicas y de microorganismos, entendiendo sus procesos de regeneración, estacionalidades e interacciones entre los seres vivos y la materia. El estudio, valoración y promoción de la biodiversidad es de suma relevancia en la lucha en contra del cambio climático. El pensar diversidad material versus materialidades homogeneizantes y globales, permite entender nuestras biorregiones desde la consolidación de la autonomía material. Parte de los aprendizajes de la pandemia es que no podemos depender de sistemas globales para enfrentar problemas locales, sobre todo cuando estos problemas sólo se acrecientan con el cambio climático. Re-pensar los sistemas materiales imbricados a sistemas alimentarios desde las biorregiones permite que el retorno de la biomateria a la biósfera tenga un impacto mucho menor comparado con materialidades exógenas degradándose en ese territorio (si es que se degradan).

RM: En la programación de la convocatoria 2025, ¿qué novedades han pensado implementar?

MJB: Tendremos una convocatoria de espacios de investigación y producción para poder también difundir metodologías de diversos rincones de Latinoamérica. Además, tendremos diferentes espacios en Medellín para el desarrollo de Biopolimérica, a diferencia de Valdivia, donde solo un espacio cobijó todo el evento. El hogar de la exhibición será la Universidad de Medellín y desarrollaremos talleres y laboratorios en el Museo de Arte Moderno en Medellín. Estamos en conversaciones para las salidas a terreno y charlas y esperamos poder consolidar esos espacios prontamente.

RM: ¿Qué crees que falta para que los biomateriales se puedan integrar en la cadena productiva/ industrial del diseño?

MJB: Falta que los diseñadores se atrevan no solo a diseñar materiales, sino que a entender el ámbito de acción que esa materia puede tener y desde ahí proponer nuevos usos. Está muy de moda el diseñar el material porque hay algo de «descubrimiento» en ello, lo que muchas veces simplemente es invisibilizar el desarrollo previo por parte de científicos o el entendimiento de la materia por parte de comunidades ancestrales. El diseñador hoy en día quiere ser el que «descubre» y creo que desde ahí se hace muy difícil que los biomateriales logren un siguiente estadio de conocimiento. Es debido a esto que queremos generar y consolidar comunidad, ya que eso permite que nos visibilicemos, como también permite entender los desarrollos desde la colectividad, en donde se construye con y sobre lo que un otro construyó.

Las biomaterialidades se conciben en la medida en que aparece un residuo o una abundancia que está disponible para su reintegración al flujo, entonces tenemos que entender las potencialidades de esa materia, diseñar con qué la vinculamos para luego ver cómo y dónde se insertan. Es recomponer el ciclo material desde cero, desde el inicio, romper con la caja negra de los sistemas materiales. Las materias ya no aparecen mágicamente en un catálogo, muchas aún no tienen necesariamente estandarización y muchas otras son heterogéneas. Desde ahí hay un gran desafío para el diseño para poder entender la correspondencia de ese material y no exigirle a la materia lo que la materia inherentemente no es.

Por otro lado, muchos de los materiales que usamos en nuestro día a día han sido resultado de centenares de años de entendimiento de la materia, desde la generación de oficios al desarrollo de una industria que sea coherente con esas materialidades. Actualmente muchas biomaterialidades están recién en el reconocimiento del oficio de esa materia, por lo que el salto directo a la industria va a implicar el desarrollo de nuevas tecnologías y también la evaluación de esas biomaterias para mantener su sostenibilidad en el escalamiento, sin reproducir problemáticas socioambientales.