Random International: entre la tecnología y la experiencia humana

¿Cómo los avances tecnológicos van modelando nuestra vida? ¿Qué factores determinan cómo nos relacionamos con ella? ¿Qué efectos en nuestros cuerpos físicos y anímicos puede provocar la tecnología?

Random International es un colectivo artístico postdigital fundado en 2005 por los artistas Hannes Koch y Florian Ortkrass, quienes se conocieron en el Royal College of Art en Londres. Desde entonces han explorado la pregunta sobre qué significa ser humano en un mundo donde la tecnología avanza a un ritmo tan rápido, que a veces se siente vertiginoso. Les interesa abordar cómo las tecnologías y las máquinas impactan la experiencia humana, desde lo físico, sensorial y anímico. Su propuesta artística se ha centrado en instalaciones interactivas e inmersivas a gran escala donde utilizan distintos medios, como la escultura, la iluminación, la cinética, la robótica, el video, la impresión y el sonido. Estas obras canalizan la energía colectiva “irreprimible” a través de las máquinas, las que se completan con la interacción del público, en un acto de co-creación, llevándolos a experiencias subjetivas de conciencia. 

Cómo quedar indiferente ante instalaciones como Rain Room, donde se puede ingresar a una sala y experimentar una tormenta de lluvia sin mojarse, pues se detiene antes de tocar el cuerpo de la persona -si esta se mueve lento-. Una metáfora sobre cómo nuestra relación con el medioambiente también está mediada por la tecnología. Otra de sus instalaciones más conocidas es Living Room, donde recrean entrar en un otro organismo vivo, que piensa y actúa diferente con cada persona que ingresa, un paisaje construido por iluminación, niebla y sonido que va caminando de forma y ajustándose a medida que la persona se mueve en él, como una danza. Aquí la pregunta que quieren elevar es sobre el control entre las máquinas y el ser humano, este ser viviente está observando cómo se mueve quien entra y a la vez, definiendo el paisaje. 

Our Future Selves crea representaciones tridimensionales de los cuerpos de los espectadores a través de puntos de luz distribuidos.  Con los rasgos distintivos suficientes para el reconocimiento humano. La instalación permite entrar y encontrarse al final con un espejo. Una obra que busca adentrarse en la pregunta sobre la representación y la identidad, cómo es que nos vemos a nosotros mismos, o si estamos realmente en otra entidad, dejando una sensación ambigua. 

Una de sus últimas exposiciones fue After the Machine, en la Galería ATHR de Arabia Saudita (Jeddah), donde se preguntan sobre cómo vivimos las conexiones entre humanos y la Inteligencia Artificial. Exponen fotografías e imágenes de gran formato hechas por Inteligencia artificial en base a la performance More Than human, donde las personas, -sin intervención de tecnología- se imaginaban emulando un algoritmo de agrupamiento. Las imágenes de After the Machine son creadas por una Inteligencia artificial imaginándose cómo sería un grupo de personas en la situación de performance, un algoritmo. 

Random International está actualmente exponiendo una retrospectiva de sus obras en Nxt Museum, museo especializado en nuevos medios de Amsterdam, Holanda, la que se podrá verse hasta enero del 2025. Allí incluyen instalaciones de arte inmersivo de todos sus años de carrera, como Rain Room y Living Room, y otras como Swarm Study XIII, una escultura programada inspirada en los murmullos de los estorninos en vuelo. En ella las luces simulan el comportamiento de una bandada, imitando la naturaleza. Además está “Fifteen Points” explora como interpretamos el movimiento desde lo natural y lo sintético, recreando una escultura que utiliza puntos de luz manejados por robots, justo 15 porque son los mínimos para recrear una figura humana que camina, pero que al cambio mas ligero, se transforma en otra silueta. 

Este colectivo artístico que ya lleva 20 años de trayectoria, hoy trabaja con un equipo global y multidisciplinario, muy conectados con la investigación científica y sus nuevos descubrimientos, para ampliar el marco y remover el tema de qué es estar vivo hoy y experimentar cómo conectamos con otras formas de vida, otras visiones del mundo y entre nosotros. Conversamos con los fundadores de Random International, sobre sus procesos, cuestionamientos y aproximaciones a este mundo postdigital.

RM: Sus proyectos mezclan tecnología de punta, distintas artes mediales y un fuerte concepto teórico abierto a la exploración, ¿cuán importante es para ustedes la colaboración entre diferentes disciplinas y cómo creen que ha beneficiado a sus proyectos?

RI: Más que nada, es la colaboración entre mentes lo que ha sido fundamental para nuestro trabajo, en todas sus formas. Desde nuestros comienzos, trabajando juntos como estudiantes universitarios hasta nuestro tiempo en el Royal College of Art, y montando el estudio inmediatamente después, nunca hemos mirado atrás. Ha sido una vida compartida de la mente durante dos décadas, una vida que se ha expandido para incluir a tantos otros profesionales talentosos dentro de nuestro estudio: diseñadores, ingenieros, desarrolladores de software y escritores, y más allá, para colaborar con artistas, compositores, coreógrafos y bailarines de talento único. La fusión de disciplinas es un subproducto de la fusión de las mentes.

RM: En su retrospectiva en el Nxt Museum, ¿qué reflexiones pudieron sacar de cómo han ido evolucionando como colectivo artístico?

RI: Durante el desarrollo de la exposición con el equipo curatorial de Nxt, nos sorprendió la importancia que la co-creación pública tenía, y tiene, en todas nuestras obras, situándose como punto crucial de nuestro trabajo. Aunque a menudo se ha dicho que “la gente completa la pieza”, empezamos a darnos cuenta de que es más que eso: la gente co-crea la obra. Desde que vimos ese hilo conductor que recorre la exposición, hemos puesto esta idea en primer plano de forma más abierta y deliberada en todo lo que hacemos. La exposición toma su título, “Life In A Different Resolution” (La vida en una resolución diferente), de una serie de simposios internos que hemos llevado a cabo en el estudio desde 2011 en los que se han explorado temas como Inteligencia Artificial, Simulación, Comportamiento de los Objetos, El Cuerpo como Máquina, la Evolución. Es interesante ver lo generalizados y extendidos que se han vuelto estos temas en los años siguientes, y lo mucho que aún nos queda por hacer en términos de interpretación y comprensión de su impacto en nosotros y en nuestra condición humana.

RM: Su enfoque postdigital pone a la tecnología en colaboración e interacción con el ser humano, integrando lo físico con lo digital, ¿cuál es su opinión del enfoque más cauteloso hacia las nuevas tecnologías como la IA?

RI: Nuestro enfoque no está exento de cautela; se dice que nunca ha habido más motivos para ser cautelosos que con el rápido avance de la IA. Sin duda, era imposible para la humanidad predecir las consecuencias de largo alcance de nuestros inventos más significativos, desde la rueda hasta la máquina de vapor, pasando por la penicilina y la bomba atómica. Y sólo tenemos que mirar a nuestro alrededor para ver que la amplificación del machine learning y las redes sociales han cambiado el panorama y los patrones de nuestras sociedades de maneras que no habríamos creído posibles. Pero la perspectiva de la Inteligencia Artificial General (AGI) no es simplemente otra invención, por importante que sea, sino otra entidad o agente, y es vital que nos hagamos un espacio para pensar en las implicaciones de esto, no sólo de manera racional, como una hipótesis intelectual, sino también de manera irracional, en términos de cómo podría hacernos sentir. Seguimos siendo un misterio para nosotros mismos, sin importar las diferentes inteligencias que incorporamos a la mezcla. A través del trabajo de Random intentamos crear prototipos emocionales, espacios seguros para experimentar cómo podríamos reconocernos y relacionarnos con otros tipos de vida. Para nosotros no se trata de una utopía tecnológica tóxicamente positiva, ni de una distopía paranoica y existencial plagada de amenazas, sino de otro lugar, más matizado, en el que la mayoría de nosotros realmente vivimos, pero que en el debate a menudo queda eclipsado por los extremos o se desvanece en la especulación. En nuestro trabajo, lo que percibimos y sentimos tiene el mismo énfasis, si no mayor, que lo que sabemos.

RM: ¿Cómo impacta el desarrollo tecnológico en su proceso creativo? 

RI: A través de nuestro trabajo buscamos explorar el impacto del desarrollo tecnológico en la condición humana: ¿qué es lo que nos produce a nosotros vivir con las máquinas? El arte puede explorar esto de forma no didáctica y no cerebral, como dijimos, se trata tanto de lo que sentimos como de lo que sabemos. El arte puede suscitar y acoger nociones múltiples, incluso contradictorias, simultáneamente, y eso es realmente fundamental cuando llegamos a la pregunta central de ¿qué significa y por qué importa ser humano? Y, ciertamente, la pregunta de ¿cómo es ser algo?, ¿cómo es existir? A pesar de todo nuestro progreso científico y tecnológico, aún queda mucho por conocer. 

RM: Sus diferentes instalaciones necesitan del público como co-creador de su obra, ¿cuáles son los temas que les interesan explorar actualmente en relación a lo que significa ser humano hoy? 

RI: Nos interesa descubrir diferentes nociones de co-creación, a través del cuerpo, a través de diferentes actos y sentidos, yendo más allá de lo puramente visual. Y para nosotros a menudo se trata del carácter físico de la experiencia vivida junto a lo efímero. Es muy fácil ver la vida postdigital separada de la realidad material, incluso en la terminología utilizada como «IRL» (in real life) o «la nube». Todo es parte del mismo tejido terrenal, al igual que nosotros.