Jimena Acosta, curadora independiente: “Lo que me fascina del diseño es su capacidad transformadora”
Esta mujer mexicana es una de las pocas curadoras especializadas en diseño en Latinoamérica, con exposiciones que abarcan una diversidad de temas desde su relación con esta disciplina; género, mujer, maternidad, los movimientos sociales, la sustentabilidad y la emergencia climática. Su visión analítica y original se plasma en sus proyectos, donde siempre a partir de una extensa investigación, establece cruces entre objetos, sistemas, ideologías, momentos históricos y hechos actuales donde hace patente cómo el diseño moldea la sociedad en todas sus capas.
Si bien Jimena estaba segura de que quería ser curadora de arte contemporáneo cuando se fue a estudiar la maestría en Estudios Curatoriales a Bard College en Nueva York, la escena del diseño que conoció junto a su pareja, el diseñador mexicano Emiliano Godoy -que también estudiaba en esa época-, la fue cautivando. Los distintos shows y pop-ups que visitaban tenían por un lado lo funcional y práctico del diseño, pero también esos mismos objetos podían causar otras relaciones, experimentando con el espacio y conversando con otros contextos tanto históricos como culturales.
Hoy lleva más de 10 años como curadora independiente, incorporando a su práctica exhibiciones donde el diseño es protagonista. Para ella las exposiciones hablan de muchas cosas, cree que no es necesario definir si es arte o diseño, o si es histórica o política, en sus exhibiciones hay desde objetos funcionales comprados en las farmacias o el supermercado, a diseño súper emergente o más experimental. «Encuentro muy rica esa forma de trabajar, encuentras un concepto y luego las ligas que se relacionan a él, entonces no tiene que ser una línea del tiempo específica y pura, hay otro tipo de relaciones que suceden. Es una forma muy distinta de hacer exposiciones, muy refrescante”.
Comenzó escribiendo textos para colectivos de diseño (NEL) y luego creó su propio blog A Seis, «en un estilo más relajado que la academia, eran micro historias sobre piezas que nos gustaban». Luego vinieron las exposiciones, las dos primeras curadas junto a Emiliano Godoy; “Cajas de Tránsito: Sillas desde México” y luego “Criteria” que abordó la sustentabilidad uniendo arte, diseño e investigación académica, esta se expuso en Columbia College en Chicago en la Facultad de Arte y Diseño. Para esa misma sala, propuso y expuso «Solidarity: A Memory of Art and Social Change, el postulado era cómo el diseño gráfico ha ayudado y ayudó a movimientos sociales”. Después vino su exposición más personal, “I Will What I Want: Women Design and Empowerment” (Haré lo que deseo: Diseño y Empoderamiento Femenino), donde trabajó junto a la curadora Michelle Fisher, que se exhibió en Parsons College en 2017 y en el MUCA Roma de México en 2018. Y en plena pandemia fue la curadora invitada del Abierto de Diseño de México “Diseño y Utopía: del manifiesto a la acción”, donde a partir de tres ejes: Diseño y Regeneración, Diseño y Poder, y Diseño y Emergencia Climática, seleccionó proyectos que proponen soluciones y comunican sobre nuevas formas de hacer y funcionar más inclusivas, más justas, más igualitarias y sustentables. Aquí profundizamos sobre lo que motiva su trabajo y su visión del diseño actual.
RM: Has explorado diferentes temas en su relación con el diseño, género, poder, sustentabilidad, ecología, ¿hay algún punto en común dentro de tus exposiciones?
JA: Sí, muchos de los intereses que he tenido en diseño se concretaron en el Abierto de Diseño de México del año pasado, se llamó “Diseño y Utopía: del manifiesto a la acción”. Había un poco de todos los temas y creo que lo que lo une con mi trabajo anterior es una constante pregunta y preocupación de cómo el diseño puede ayudar a generar situaciones más justas, más incluyentes, creo que la sustentabilidad tiene todo que ver con la justicia. Soluciones para un mundo mejor, finalmente lo que me fascina del diseño es esa capacidad transformadora. Me interesa indagar eso, cómo nos ayuda a moldear esta sociedad hipercapitalista, hipermachista, hiperpatriarcal, y decir ‘no, no va por ahí’.
RM: Cuando dices refrescante, es que tiene que ver más con la vida cotidiana, donde no hay procesos tan formales como en los terrenos del arte contemporáneo?
JA: Exacto y eso es muy bonito, que se está construyendo de alguna manera, y que el diseño es tan, tan hoy en día, tan aquí en frente, ¿sabes? que creo que hay mucha elasticidad para trabajar con el. Siempre estás repensando cánones que aprendiste, de cómo se exhibe, de cómo te acercas al objeto, de cómo lo cuidas, no es que no cuides al diseño, pero un poco le quitas la solemnidad. He aprendido mucho estos últimos años, desde esa exposición en Parsons hasta el Abierto de Diseño de México. Imagínate que el Abierto lo sacamos en media pandemia, no sabíamos si íbamos a poder exhibir o no y hubo que tener una elasticidad enorme.
RM: ¿Cómo surgió la exposición “Haré lo que deseo: Diseño y empoderamiento femenino”?
JA: Cuando Solidarity se inauguró estaba embarazadísima, mandé el texto del catálogo y me fui al hospital a parir. Decidí tomarme un año de break porque quería dedicarme a mi bebé, y en ese gran break me alucinó la maternidad, me volteó la cabeza. Yo me acuerdo que Martín se quedaba dormido y me ponía a leer obsesivamente sobre lactancia, sobre problemas de la fórmula en Latinoamérica, no se cuantas horas leí hasta que un día se me prendió el foco y dije ‘yo creo que aquí hay una exposición’. Empecé a preguntarme qué es esta exposición, de qué manera el diseño existe para las madres o para la maternidad, hasta que dije, ‘ya sé, la pregunta es la mujer’. Al principio fue una propuesta de cómo el diseño construye la femineidad y la maternidad. Era una idea preciosa y preciada, quería exhibir Tampax, las pruebas de embarazo Clear Blue, los primeros extractores eléctricos de leche, las historias eran increíbles.
RM: ¿Qué has descubierto explorando el vínculo entre diseño y género?
JA: El diseño moldea nuestra experiencia con el mundo. Y muchas veces como están diseñados muchos objetos y sistemas perpetúan lo peor de todo, patrones misóginos, modelos muy patriarcales, de dominación del cuerpo de la mujer, de restringirlo, pero también hay muchos que han ayudado a romper esos cánones. Creo que es una cosa de hackear ciertos momentos o situaciones, darle la vuelta sin pensar en ser feministas o en hacer una revolución, empiezan a ser bien revolucionarios en términos ideológicos pues empiezan a romper un patrón. Desde las chavas que hicieron la píldora anticonceptiva y hackearon todo lo posible en términos de legislación para poder venderlas, hicieron que fueran para ayudar a las mujeres durante la menstruación y la menopausia, no para que no te embaraces. Así mismo los test de embarazo, todas las trabas que fueron encontrando eran ideológicas.
RM: Luego de estas experiencia, ¿qué sería para ti un diseño feminista?
JA: Creo que un diseño feminista es aquel que comprende que los usuarios y las personas que habitan los espacios, las casas, las ciudades y los que van a usar todo, teléfono, pluma, pues son otras personas, que no solo son hombres blancos y altos. Los usuarios somos niños, mujeres, viejitas… se sigue pensando que el mundo solo es para los hombres y es una joda. Todos los días, te subes a un taxi y no tienes sillita de bebé, te subes a un camión y no hay donde poner a los niños, que vayan contentos, que vayan tranquilos, entras a un aeropuerto y es un martirio. Tienes que darle leche a un bebé y todo el mundo te mira horrible. Eso también es muy ideológico, pero el diseño también va de mano con la ideología. Es eso, pensar que hay más usuarios, no diseñar solamente el mundo para hombres, yo empezaría por ahí.
RM: En el Abierto de Diseño la crisis medioambiental se exploraba en dos líneas, Diseño y Regeneración y Emergencia Climática, ¿cuál fue el criterio para seleccionar los proyectos que se exhibieron?
JA: Cada sección comenzaba con un manifiesto, la diseñadora Hella Jongerius para Diseño y Regeneración, que dice que no necesitamos más productos, sino que un diseño inteligente. Y para Emergencia Climática el Protocolo de Montreal, un acuerdo de política internacional como ejemplo de que hay utopías que se han concedido, como que todo el mundo se ponga de acuerdo en restaurar la capa de ozono y se logró.
Es muy importante hablar hoy del poder regenerador que tiene cualquier industria o creador de algo material, la conversación fue justamente de aquellos sistemas, productos, procesos que ayuden a regenerar el ambiente, ahí Diana Najera, fue mi asistente curatorial. Seleccionamos proyectos que eran opciones para regenerar en temas que se tenían que hablar, como la industria de la mezclilla, el proceso textil más contaminante, con The New Denim Project (Guatemala), el agua con Isla Urbana, sistema captación agua lluvia (México), desarrollo de bioplásticos con Margarita Talep y Labva (Laboratorio de Biomateriales de Valdivia) ambos de Chile, Living Colour, teñidos biológicos (Holanda), entre varios más. En la parte de emergencia, pusimos mucho cine que hablaba de este caos, cómo desde el diseño se está poniendo en tu cara que esta situación no puede más. El estudio Forma Fantasma tiene películas bellísimas que son investigaciones súper densas sobre la extracción y explotación de la madera. También pusimos a Rosa Hanhausen, artista mexicana, que tiene una investigación sobre como las grandes potencias ya se están dividiendo el Ártico cuando se deshiele y es brutal.
RM: ¿Cómo puede aportar el diseño a ser una herramienta realmente útil para estos problemas que estamos viviendo, como la crisis global medioambiental o social?
JA: Creo que diseñar sistemas de cooperación, colectividad, diseñar desde la empatía humana, desde mirar al otro y ver cómo te puedes vincular. Ahora si esa cooperación y esa vinculación te lleva a generar unos productos, increíble, si te lleva a generar una casita para una zona que esta en un problema, perfecto, o si te lleva a generar todo un kit para sobrevivientes, o para refugiados o para las personas que están en tránsito. Es que no más es voltear a ver al vecino.
RM: ¿Tienes nuevos proyectos? ¿A qué te estás dedicando ahora?
JA: Estoy es una temática un poco divergente de todo esto, haciendo un libro con mi sello editorial Ediciones Toronja sobre el trabajo de Mauricio Lara, un diseñador mexicano cuyo trabajo es muy interesante porque justamente tiene esta ambigüedad entre arte y diseño. Su gráfica en tinta negra eventualmente se convierte en una vajilla pintada a mano, o en un textil, se llama “Mauricio Lara: Una historia en tinta negra” y ya estamos en las últimas ediciones. La verdad con esta vida pandémica estaba pensando en seguir escribiendo, investigando y por lo pronto, hacerlo más editorial. Creo que la conversación esta ahí y los objetos están ahí, no tienen que estar siempre en un lugar físico ¿no? He estado pensando o en reabrir mi blog, escribir para otras revistas o empezar otro libro. Finalmente creo que el discurso curatorial y pensar siempre va de la mano de muchos medios, está en el espacio, pero está en el catálogo y online. La práctica tiene muchas dimensiones y estaré por lo pronto ideando cosas.