Festival Espacios Resonantes: Experimentar el sonido a través de la arquitecura
En el interior del Sonómetro en Centro Cultural Gabriela Mistral ©Gabriel Rezato - Gentileza GAM
Los arquitectos y artistas Sofía Balbontín y Mathias Klenner inauguran la nueva versión del Festival Espacios Resonantes este 15 de marzo hasta el 27 de abril. Una instancia única que permitirá experimentar al público la dimensión de la escucha de la arquitectura a través de instalaciones sonoras inmersivas y performance en distintos espacios en Santiago. Este año la gran novedad es Sonómetro, el primer proyecto a gran escala de esta dupla, una instalación construida especialmente con el fin de poder experimentar el sonido de forma envolvente.
Sonómetro es una esfera, una estructura geodésica de cinco metros de diámetro instalada en la plaza Oriente del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM). En su interior contiene 16 altavoces y un subwoofer por todo alrededor, con una red tipo suspendida donde las personas se pueden recostar y escuchar las piezas de música experimental compuestas por Balbontín y Klenner que viajan alrededor del público. Este año además cuentan con artistas sonoros invitados para reproducir piezas en Sonómetro (Federico Schumacher, José Manuel Berenguer, Julia Bejarano, Maya Dikstein, Alejandro Albornoz, Gabriel Vigliensoni, Antonia Hernández, entre otros), así como una performance especial (Resonancias del Carbón) inspirada en la memoria arquitectónica de las inmediaciones de la Empresa Nacional del Carbón (ENACAR) de Lota (Bíobío). Las funciones de escucha serán viernes y sábado desde el 21 de marzo, por cinco fines de semanas (info aquí).
Otra parte muy importante del festival tiene que ver con la investigación que realizan para descubrir y activar espacios abandonados y reverberantes, donde trabajan «no solo con la dimensión sonora, sino su dimensión ecosocial, cultural y política», afirma Mathias. Este año el 26 y 27 de abril realizarán performance sonoras y conciertos en el estanque o «Copa de Agua» de Quinta Bella en Recoleta, un espacio subterráneo de particulares características para el sonido que recibirá las obras que los artistas en residencia han creado especialmente para ese lugar (Justicia social 555, Recoleta). Este lugar era propiedad de Aguas Andinas y hoy es de la Municipalidad de Recoleta. «Son espacios que tienen una carga muy fuerte de memoria, lugares industriales, por ejemplo, tanques de petróleo, gasómetros, torres de enfriamiento, estanques de agua, algunos muy contaminantes o asociados a una historia de la humanidad industrial que luego han ido quedando abandonados y algunos han sido reconquistados por la naturaleza», cuenta Klenner. Así mismo, el Sonómetro fue inspirado por su exploración de espacios esféricos o domos abandonados con ciertas características acústicas, como los Domos de Teufelsberg o los gasómetros de Mariednorf en Berlín, el Spherical Concert Hall del compositor Karlheinz Stockhausen y el Pabellón Phillips, realizado por el musico e ingeniero Iannis Xenakis y Le Corbusier para la Exposición Universal de Bruselas en 1958.
Además tendrán instancias de conversación con un enfoque más académico, el Simposio de Territorio y Escucha que se realizará el 16 de abril en el Galpón UDLA en Franklin (Placer 623, Santiago) y talleres dictados por los artistas residentes en el estanque en el Centro Cultural de España (22 de abril). Toda la información está en su sitio web https://festival.espaciosresonantes.com/ y en su IG: @espaciosresonantes
Conversamos con Mathias Klenner para profundizar un poco más sobre el cruce entre arquitectura, escucha y performance sonora que han desarrollado desde su investigación y práctica artística. Lee la entrevista más abajo.
El Sonómetro es una esfera de 5 metros de diámetro a la cual se puede ingresar desde este viernes 21 de marzo y vivir una experiencia de audio envolvente. ©Mathias Klenner
RM: Para ustedes que exploran la relación y colaboración entre sonido y arquitectura, ¿qué características tiene el sonido que le permite potenciar o experimentar los espacios construidos de otra forma?
MK: Creo que tiene que ver con la dimensión de la escucha, lo que nosotros llamamos arquitectura aural o auditiva, es esa dimensión sonora, cómo se percibe la arquitectura desde la audición, desde la vibración, desde el cuerpo. Efectivamente la arquitectura siempre ha sido una práctica que tiene más que ver con la espacialidad, pero también desde un punto de vista bastante visual, entonces el trabajar con sonido permite entenderla desde otro lugar.
Es interesante que la escucha es uno de los sentidos más espaciales de todos, nos permite direccionarnos dentro del espacio a través de las reflexiones acústicas, lo que se llama la geolocalización. Somos capaces de navegar el espacio, -no solo los murciélagos lo hacen, nosotros también-, y a la vez, el sentido del equilibrio se encuentra dentro del oído. Entonces hay una correlación ahí muy interesante entre la arquitectura y el sentido de la audición.
Históricamente la arquitectura ha tenido un rol muy importante, no solo desde la navegación espacial, sino que también a nivel musical: la arqueoacústica ha descubierto cómo las pinturas rupestres estaban posicionadas en el espacio dentro de las cavernas, asociadas a la posición de los ecos, y para qué decir la musica de las catedrales góticas, la música medieval, los cantos gregorianos. Luego, mucha musica de cámara ha sido compuesta especialmente para distintos espacios. Ya en la modernidad del siglo XX arquitectos y músicos empiezan a trabajar en conjunto, poniendo música, audición y arquitectura en una correlación continua.
RM: ¿Cómo ven que el sonido y las experiencias performáticas están tomando espacio en la escena artística?
MK: El sonido como arte sonoro es algo que ha tomado mucha fuerza desde el siglo XX a nivel de performance como material de creación. Pero creo que tiene que ver especialmente con la escucha, con el acto de la percepción como un medio a través del cual entender la realidad, porque la escucha traspasa la onda sonora y lo musical y va hacia la vibración de los cuerpos, permite entender la realidad desde otro lugar. Podríamos decir que siempre hemos vivido en un mundo que es hegemónicamente visual, un mundo que se vive desde esa dimensión preponderante porque como seres humanos estamos condicionados por la vista. Pero la escucha permite llegar a lugares y situaciones que son invisibles, en ese sentido es capaz de traer otros mensajes y también ha sido muy potente para poner en valor mensajes o informaciones que no están ahí de forma tan presente.
También el acto de escuchar va más allá de la audición a nivel fisiológico, el escuchar es un acto frente al mundo y frente a los demás, el poder escucharnos entre todos. Y luego está la idea del sonido como vibración que traspasa la obra sonora y ya nos lleva a la percepción del sonido a través del cuerpo y también esa percepción a través del cuerpo nos permite sentir a los demás desde otro lugar.
La experiencia sonora en Sonómetro se vive acostado sobre una red suspendida en la mitad de la esfera. ©Felipe Mardones
Espacios Resonantes también es un proyecto de investigación artística de arquitectura "aural" (arquitecturas invisibles concebidas desde la escucha). Presentarán su performance "Arquitecturas del silencio" el sábado 27 de abril en le estanque de agua de Quinta Bella.
Los gasómetros de Mariendorf en Berlín, Alemania, fueron unos de los referentes en la investigación de Mathias y Sofía para realizar Sonómetro. ©Mathias Klenner
La arquitectura del espacio subterráneo del estanque de agua en Quinta Bella tiene condiciones muy particulares para reproducir y explorar el sonido desde distintas dimensiones. ©Felipe Mardones