Cuchara: Explorando el potencial de la comida en 360°
Agustina Vitola y Soledad Corbo, combinaron sus backgrounds en antropología social y diseño industrial con su pasión por la gastronomía para dar vida a Cuchara, un estudio dedicado al Food Design, basado en Montevideo, Uruguay, donde la comida es la base para comunicar ideas, historias y distintos conceptos. Aplicando metodologías de diseño junto con las distintas formas, colores, texturas, sabores y las distintas interacciones que se generan a partir de la comida, crean verdaderas experiencias gastronómicas. En los últimos ocho años han trabajado para distintos clientes, ya sea profesionales del mundo gastronómico o bien instituciones o empresas corporativas. Además, han realizado consultorías gastronómicas para restaurantes, empresas gastronómicas e instituciones sociales, trabajando desde el rediseño de la carta, el diseño de productos, la identidad gastronómica y propuesta de valor. El equipo lo completa Tania Gazzola, diseñadora industrial, a cargo de la producción y organización de los diferentes eventos.
El amor y el entendimiento de la esfera socioambiental de la alimentación y la gastronomía fue lo que las llevó a dedicarse al rubro de la gastronomía. Comenzaron con una banquetera de comida saludable con principios sustentables, pero sus eventos y caterings no lograban dar cuenta de su concepto. El gran cambio vino cuando comenzaron a adentrarse en el Food Design, incorporando elementos narrativos, de Design Thinking, diseño de experiencia, branding y storytelling a sus eventos gastronómicos. El Food Design puede abarcar todo lo que tenga que ver con los alimentos, explica Agustina, “a grandes rasgos podemos decir que es una disciplina del diseño que toma a la comida como material de diseño, brindando soluciones a necesidades del mundo de la gastronomía, la industria, los sistemas alimentarios, la economía culinaria doméstica”, y agrega, “también usa los alimentos para incidir en otras problemáticas que no vienen de ese rubro”.
Si bien su experiencia ha ido recorriendo las distintas áreas del Food Design hace unos años se han especializado en el diseño y producción de eventos y regalos gastronómicos, trabajando con empresas como Samsung, Nespresso o IBM, con una experiencia gastronómica y catering creativo para su aniversario número 80. Además, han trabajado con instituciones y colectivos culturales de Uruguay como la Intendencia de Montevideo o el Ministerio de Educación, diseñando el brindis para lanzamientos de programas educativos, museos o libros.
También durante el último tiempo se han centrado en la docencia, dando charlas sobre Food Design, Creatividad o Diseño Emocional en la Gastronomía en instituciones académicas y universidades, y creando su propia academia donde comparten su propia metodología de trabajo -en base a herramientas de diseño-, centrada en el desarrollo del potencial y creatividad de profesionales y emprendedores de la industria gastronómica.
En octubre pasado, Cuchara fue uno de los estudios que participó activamente en Superlocal, Festival Internacional de Diseño de Uruguay. Fueron las encargadas de crear el brindis de bienvenida y también participaron como talleristas. “Fue un punto importante para nosotras que el Festival haya incluido al food design, contribuyendo a la evolución del diseño uruguayo y en específico del food design. La fusión entre diseño y gastronomía sigue siendo poco conocida y es fundamental nuevos espacios para darles visibilidad, y fomentar el diálogo y la innovación en este campo”.
Además como estudio mantienen proyectos propios como “Autoctonario” una línea de chocolates desarrollada en base a frutos nativos de Uruguay que fue seleccionada en la edición 2020 de la Bienal Iberoamericana de Diseño en Madrid, destacando por su diseño gráfico, branding y su propuesta de revalorizar ingredientes autóctonos.
Conversamos con Agustina de Cuchara, sobre esta área del diseño y cómo la transforman en experiencias significativas, creativas y sensoriales, basadas en la comida.
RM: ¿Cómo aplican el diseño en la creación de sus experiencias gastronómicas? ¿Nos pueden contar de su proceso creativo o metodologías que han desarrollado?
AV: Hacemos Food Design, por lo que aplicamos el diseño en todo lo que tiene que ver con la gastronomía. El Food Design como disciplina es súper amplio, se puede desarrollar desde un sistema alimentario a una cuchara, o un alimento, Nosotras estamos enfocadas en los eventos gastronómicos y lo que hacemos es aplicar los principios del Design Thinking a la comida. Tenemos una primera parte muy importante que es la etapa de investigar. Cuando nos llama un cliente para hacer un evento, nos metemos de lleno y le hacemos muchísimas preguntas, entendemos todas sus necesidades, no solo las funcionales, sino las emocionales, las estratégicas, las comunicacionales.
Luego pasamos a la etapa de definición, donde tomamos los insights que nos parecen que son creativos, que son disparadores y definimos el problema del diseño en una frase, en una historia que queremos contar. Esa es una metodología que hemos ido creando nosotras, porque nos da mucho foco y claridad ya que a partir de un mensaje claro comenzamos a desarrollar e idear cómo se puede transmitir a todo lo que sea los alimentos, las bebidas, los contenedores, la ambientación, el personal y demás. Después de definir, pasamos a la parte de ideación en que usamos herramientas creativas bastantes clásicas; lluvias de ideas, mapas mentales, mapas de ideas, y ahí empezamos a ver cómo ese mensaje se va trasladando a los alimentos y a todas las etapas de la experiencia.
De todas las ideas que salen, vamos filtrando y puliendo las que son más viables y potentes, las que comunican mejor ese mensaje y que responden a los requisitos que tenemos de antemano. Nos quedamos con ideas claves que van a componer esa experiencia gastronómica; cuales van a ser los alimentos, cuál va a ser la dinámica, cómo van a ser las interacciones, todo eso lo pensamos en ese momento. Luego pasamos a una parte más ejecutiva, para materializar esas ideas. Con los años hemos optimizado la balanza entre la creatividad y la eficiencia. Ahí comenzamos la parte de ejecución, hacemos prototipos si se necesita y comenzamos la parte de testeo, y lo productivo. Hasta que efectivamente sucede el evento y ahí todas las piezas de ese puzzle se arman y las personas pueden vivirlo.
RM: Una parte del estudio está centrada también en potenciar la creatividad de quienes trabajan en gastronomía, ¿qué creen que le falta a la industria gastronómica en este sentido?
AV: Al hacer nuestros propios proyectos empezamos a ver que las herramientas que traíamos desde el diseño de alimentos eran como “varitas mágicas”, donde aplicábamos la metodología, aumentábamos muchísimo el valor y lo significativo que era para las personas que vivían esa experiencia. Nos dimos cuenta que con esta metodología muchos otros profesionales podrían aumentar la empatía para entender las necesidades de su público, generar soluciones más creativas que tengan más sentido para las personas. A la vez, nos veíamos en un mercado gastronómico en Uruguay donde todo lo que tiene que ver con su desarrollo, sigue yendo mucho por repetir recetas o referencias. Y cuando esto se aplica a un negocio o propuesta gastronómica, todos terminamos repitiendo el mismo esquema de pizzería, de cafetería, no hay muchas ideas nuevas, y así terminamos teniendo muchas copias de lo mismo en un mercado como Uruguay que es muy chico. Veíamos que a las personas les costaba mucho enfrentarse a un plato en blanco, generar un proyecto gastronómico desde cero con coherencia y un concepto fuerte. Faltaba ahí ayudar a que pudieran pensar más creativamente, para dejar de pensar en los mismos parámetros y las mismas estructuras.
Falta pensar la comida como un elemento de comunicación, está totalmente sub utilizada esa potencia comunicativa y vincular que tiene. Se le sigue pensado desde un lugar muy funcional o hedónico. Le está faltando todavía ahí a los profesionales sumar capas de valor y utilizar la comida en ese sentido, algo que nosotras llamamos conceptualizar, poder transmitir mensajes o valores, educar o contar algo a través de la comida.
La creatividad es una habilidad que se está necesitando cada vez más en la cocina, como un elemento profesional, necesaria para encarar la gastronomía desde una parte más intelectual y no solamente desde una parte operativa. Y no solo para generar algo diferente, sino sobre todo para tener el cuerpo más habituado a detectar oportunidades nuevas, o cuando surge un problema poder resolverlo de forma interesante. En la pandemia se vio que quienes tenían ese entrenamiento creativo más a mano pudieron generar soluciones que estuvieron buenísimas y se pudieron adecuar a esos nuevos contextos, y quienes se veían con esta estructura muy rígida, les costó mucho más.
RM: ¿Cuál ha sido el evento que han organizado que creen que representa mejor su esencia como Cuchara Food Design?
AV: Lo estuvimos charlando con las chicas y creemos que es uno que hicimos para Samsung que estaba lanzando su nuevo celular, el Galaxy S24. Querían hacer un lanzamiento que les ayudara a introducir a los invitados en el universo de ese nuevo modelo Galaxy, que tenía que ver con la inteligencia artificial y con las muchísimas funcionalidades interesantes del equipo. Creo que resultó algo muy bueno, en el sentido que realmente fue un evento que se sintió que había sido a medida y perfecto para ese cliente. Fue una experiencia realmente 360°, donde quedó muy claro cómo a través del diseño y la conceptualización, la comida es un elemento de comunicación, de sorpresa y una herramienta muy potente de marketing. La comida estaba 100% conectada a todo lo que se hablaba en el discurso, en la presentación de los celulares, fue bien vivencial.
Investigamos mucho las funcionalidades del teléfono y nos basamos en ellas. Por ejemplo, había una que era Cámara Oscura, el celular podía registrar muy bien en la oscuridad. Entonces dijimos que teníamos que hacer algo con eso, por ejemplo, un bocado que no se viera en la oscuridad, pero que de repente resalte, brille. Y nos pusimos a investigar cómo hacerlo, e hicimos eso con cada una de las funcionalidades.
Trabajamos en todos los aspectos de la propuesta, en los alimentos, en los soportes, en la materialidad, en cómo estaba vestido el personal, cómo interactuaba. A nosotros nos gusta mucho esa parte más performática, ya que entendemos que cuando la gente utiliza el cuerpo, toma algo, se sorprende o tiene que elegir o descolgar un elemento comestible, y no solo tomarlo y comerlo, ahí la experiencia se hace más memorable, porque las personas se están involucrando. A pesar que el evento era con servicio en bandejas, tuvo mucha interacción. Por ejemplo la referencia a la cámara nocturna la resolvimos con gelatinas de agua tónica servidas en bandejas de acrílico negro, entonces como las gelatinas eran transparente no se veían, pero brillaban y se ponían azules cuando la moza les pasaba una linterna de luz negra, ya que la quinina del agua tónica es fluorescente. Otro ejemplo: el concepto del celular tenía mucho que ver con descubrir tu chispa creativa, entonces hicimos unas paletas con chispitas que explotaban en la boca y tragos que cambiaban de color si les agregabas un shot de jugo de limón. El souvenir estaba colgando del techo, formando una galaxia, estos a su vez eran bombones redondos de sabores coreanos, inspirados en el origen de la marca.
Tenemos otros proyectos re lindos, donde hay más libertad ya que no tienen un concepto tan claro, donde nuestra identidad se ve más representada visualmente, en materiales, formas y demás, pero nos gusta sobre todo este, porque no dejó ningún cabo suelto y fue muy claro del potencial de la comida en todos sus sentidos.
RM: ¿Cuáles son los próximos proyectos para Cuchara?
AV: Estamos muy entusiasmadas porque estamos viajando por Latinoamérica, pudiendo impactar y compartir nuestra metodología de trabajo con profesionales y emprendedores no solo de Uruguay, sino de Colombia y Chile, donde fuimos el año pasado, y México, donde iremos en enero de 2025. Hay muchas universidades que están solicitando brindar esta información a sus estudiantes y estamos muy contentas de poder ser referentes en la región y viajar para difundir el Food Design y la creatividad en la gastronomía.
Además, tenemos muchas ganas de seguir haciendo encuentros y talleres. Estamos muy a full con nuestra propia academia, migrando todo hacia un formato online que nos permite conectar con gente que quiere formarse con nosotros, especialmente en lo que tiene que ver en el diseño de experiencias gastronómicas para eventos, Pop Up, cenas, talleres, banquetes, todo lo que sea experiencia más en formato de evento. Tenemos una mentoría andando que está buenísima, estamos creando una comunidad muy linda en torno a gente que está trabajando en Food Design y que quiere aportar más valor.
Además, queremos hacer eventos nuestros, donde a través de la comida compartamos y podamos reflexionar temas sociales. Tenemos un montón de cenas y experiencias más, con temáticas como feminismo, sexualidad, medioambiente, desperdicio de alimentos, migración, temas que siempre tenemos ahí en la cabeza y que nos encantaría poder hacerlas en breve.