Títulos: De:code y la influencia de los algoritmos en las prácticas del vestir
En Revista Materia queremos dar espacio a los temas que interesan a las nuevas generaciones de diseñadores, por eso incluiremos proyectos que se generan en las escuelas. Esta vez con el proyecto De:Code de Marianne Desaulniers que cuestiona a través de la una colección de indumentaria y una editorial de moda, cómo los algoritmos utilizados en las redes sociales influencian nuestras preferencias a la hora de vestir. Tomando en cuenta que la vestimenta que elegimos es una proyección de nuestra personalidad, aquí el problema que Marianne quiso mostrar es la importancia de darse cuenta cómo los algoritmos usados en redes sociales influyen en nuestro libre albedrío, nuestros gustos y decisiones, muchas veces perpetuando ciertas estéticas que nos encasillan en estereotipos de género. Su objetivo con De:Code -su proyecto de título de la carrera de Diseño en la Universidad Católica-, es generar una elección consciente de estas influencias al entender los medios como constructores de realidad y «la indumentaria y la editorial como medios de crítica y comunicación».
La propuesta de De:code es justamente «decodificar la manipulación que ejercen los algoritmos sobre nuestras prácticas de vestir» y materializar de alguna manera esta problemática a través de una colección de indumentaria, donde Marianne exploró distintas formas, volúmenes, materialidades y estéticas, las que además quedaron registradas en una sesión fotográfica que se centró en llevar al extremo los símbolos que representan una imagen femenina en contraste con estructuras experimentales generadas por las posibilidades de las materias primas elegidas, y la inclusión de algunos elementos más grotescos para generar constraste y tensión. Conversamos con Marianne sobre cómo se generó su proyecto y cuáles son sus proyecciones para De:code.
RM: ¿Cuál fue tu motivación para partir el proyecto?
MD: Honestamente, fue un sentimiento de agobio al usar redes sociales. Lo que más sigo en Instagram son páginas de moda, tanto para mantenerme al día con ese mundo y buscar inspiración – no necesariamente busco contenido hegemónico. De hecho, es todo lo contrario, pero día tras día (sobre todo en cuarentena, donde mi uso de redes sociales llegó a su peak), las primeras publicaciones que aparecían en mi feed eran de mujeres y cuerpos súper hegemónicos, en su mayoría con poca ropa o vestidas de manera ultra femenina. Entendemos, de manera general, que el algoritmo nos muestra el contenido con el que interactuamos más y este estaba lejos de serlo para mí. Además, me pasó que por ver esos cuerpos y maneras de vestir todos los días, inevitablemente comencé a compararme; a cuestionarme de qué manera me muestro yo en las redes. De ahí empecé a investigar dentro del ámbito académico: papers e investigaciones que hablaran y explicaran este fenómeno porque dudaba que fuera algo que me ocurriera solo a mí. Encontré investigaciones recientes que confirmaron mis sospechas respecto al sexismo que automatizan y amplifican los algoritmos y me propuse usar la ropa como una pancarta para visibilizar y problematizar este fenómeno. Hubiese sido mucho más simple hacerlo desde el diseño gráfico (flyers, posters), pero quería demostrar que la indumentaria puede funcionar como un texto, y ser leída por la gente. Fue también un desafío personal en ese sentido.
RM: ¿Cuál es la propuesta de diseño que propone la indumentaria creada para el proyecto para salir de los roles de género tradicionales?
MD: Si bien pareció tentador en un inicio jugar con lo gender neutral o genderless, se me hizo mucho más interesante articular las prendas desde lo femenino-grotesco. Como bien dice su nombre, se trata de generar una crítica hacia el patriarcado y los roles de género, particularmente hacia la visión del cuerpo de las mujeres como una superficie ornamental, por medio de la mezcla de elementos visuales relacionados con la femineidad hegemónica y elementos asociados a lo grotesco. En esta ocasión, lo grotesco estuvo dado por la inclusión de ojos realistas en las prendas, representando la mirada masculina. Estos descansan sobre prendas hiper-feminizadas, generando esta especie de tensión. En este sentido, me inspiró mucho el trabajo de las artistas Jessica Stoller y Lee Bul.
Mi proyecto no plantea una manera determinada en la que las mujeres deben salirse de los roles de género. No me parecía correcto dictar de qué manera escapar de este sistema, como si existiera una respuesta absoluta. Más bien, lo que busca es despertar un espíritu cuestionador que no vea nuestras decisiones en cuánto a cómo nos vestimos como algo que existe aislado de influencias sociales, la idea es no quedarse en «me visto así porque me gusta» y ya, sino siempre ir preguntándose de dónde vienen esos gustos y preferencias.
RM: ¿Cuáles son tus perspectivas con este proyecto, quieres seguir desarrollándolo por la línea indumentaria, el lado editorial o en la investigación de la influencia de los algoritmos en la vida cotidiana?
MD: Me interesa tanto la línea indumentaria como la editorial. Este año tengo planeado realizar un fashion film con las prendas de la colección, formato que dará más espacio para la performance y para transmitir el lado más sensorial de la propuesta; este sentimiento de estar atrapado, de agobio y disociación que trae consigo el fenómeno de la visibilidad mediada por los algoritmos. Adicionalmente, todas las prendas las confeccioné sola, lo que, en conjunto con el tiempo que tenía, me limitó un poco en cuanto a su complejidad y experimentación con el volumen – por esto mismo, tengo planeado reunir un equipo para apoyarme en la expansión de la colección y poder explorar nuevas siluetas y prendas más elaboradas. La incorporación de más piezas aportará en la creación de una narrativa más completa y compleja en el fashion film y tendrán un impacto visual mucho mayor, eso espero. Me atrae mucho este formato porque siento que trasciende las barreras del lenguaje, y si bien el proyecto tiene un factor estético importante, lo que más me interesa es problematizar este fenómeno, criticarlo e informar a la gente sobre su existencia. Me parece importantísimo que cuestionemos las influencias que existen sobre nuestras prácticas diarias del vestir.
Para más información puedes seguir al proyecto en @de_____code
Fotografías: @lagrimarosada